lunes, 10 de noviembre de 2014

260- Biomarcadores en SCA

Eric Christenson, Robert H. Christenson. El papel de los biomarcadores cardíacos en el diagnóstico y control de los pacientes con sospecha del Síndrome Coronario Agudo. Revisión. Ann Lab Med 2013;33:309-318.  Department of Medicine1, Johns Hopkins Hospital; Department of Pathology2, University of Maryland School of Medicine, Baltimore, USA 

Resumen

El infarto de miocardio (MI) es la causa principal de muerte en el mundo desarrollado. Los biomarcadores tienen un papel esencial en el diagnóstico, la estratificación del riesgo, orientación en la gestión clínica y  en la toma de decisiones en pacientes que presentan signos y síntomas de la enfermedad miocárdica. La troponina cardiaca (cTn) saltó a la fama durante la década de 1990 y ha evolucionado hasta convertirse en la piedra angular para el diagnóstico de infarto de miocardio. Los criterios actuales para el diagnóstico de MI incluyen: aumento/disminución de cTn  al menos en un valor por encima del percentil 99 del límite superior de referencia. Junto con la  cTn, el péptido natriurético tipo B  (BNP) y el amino-terminal proBNP (NT-proBNP) tienen un papel importante para determinar el pronóstico y el control de esta patología. Dado que se han desarrollado pruebas para cTn que son capaces de detectar en sangre de forma fiable cantidades cada vez más pequeñas, se ha generado un dilema sobre la manera de utilizar este nueva información. Varios estudios han tratado de responder a esta pregunta y han demostrado que estas menores concentraciones de cTn tienen importante significado pronóstico y lo más importante es que la utilización de ellos conduce a mejores resultados clínicos en los pacientes. Nueva algoritmos que incorporan BNP, NT-proBNP y ensayos más sensibles de la cTn son prometedoras para un diagnóstico más rápido (rule-out) del MI lo que permite medidas de gestión adecuadas y una utilización más eficaz y eficiente de los recursos sanitarios

Introducción

Cada año solo en los Estados Unidos, hay aproximadamente 1,5 millones de casos de infarto de miocardio (MI), que se traduce en cerca de 600 casos por cada 100.000 personas. Hay de 6 a 9 millones de pacientes que se presentan en admisión de urgencia para ser evaluados de una posible isquemia cardíaca, que consumen una sustancial cantidad de recursos sanitarios. Debido a las mejoras realizadas en la atención de estos pacientes, desde el año 1999 al 2009, la tasa de mortalidad relativa atribuible a enfermedades cardiovasculares  (ECV) disminuyó un 32,7%. Sin embargo en 2009, esta patologías siguen  representaron el 32,3% (787.931) del total de 2.437.163 muertes, o sea 1 de cada 3 muertes en los EE.UU.
Basado en el electrocardiograma del paciente (ECG), el MI puede ser dividido en dos subtipos: los MI que se producen con elevación del segmento ST (STEMI) y los que se producen sin esta elevación (NSTEMI). El papel de los marcadores bioquímicos es muy diferente en ambos casos. Para los pacientes STEMI los biomarcadores tiene carácter pronostico y desempeñan una confirmación diagnóstica útil. Por otro lado, en los casos de NSTEMI los biomarcadores tienen un papel fundamental en el diagnóstico, y en la diferenciación de  angina de pecho inestable. .........


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